viernes, febrero 03, 2006

Todas Presidentas!!!!


Quisiera compartir con ustedes un articulo publicado en el diario La Nación el día Domingo 22 de Enero de 2006, escrito por Betzie Jaramillo. Es muy bueno...dirigido a todas las mujeres...
Dulce Matria recibe los votos. Ellas se tomaron la calle y dieron rienda suelta a la alegría de conseguir lo que parecía imposible hasta hace muy poco. Ellos contemplaron asombrados la euforia y la emoción de las que por primera vez se sintieron en el centro de la historia.
Hay cosas que se salen del marco de la política. Como esas mujeres que entendieron a la primera que el triunfo de Michelle Bachelet era de ellas. Y se tomaron la Alameda con la banda presidencial cruzada al pecho. Todas Presidentas. Como leonas orgullosas se pasearon, gritaron, cantaron y bailaron. Ya habría tiempo para volver a lo de siempre, pero nadie les quitaría lo bailado ese día. Sí, sí, la Concertación había ganado las elecciones, pero ellas habían ganado más. Como dijo la actriz Malucha Pinto esa noche, "ya no tenemos Patria: tenemos Matria".
Quizás por eso la euforia se apoderó de la calle como hacía mucho tiempo no se veía. Unos recordaban el 4 de septiembre de 1970, cuando ganó Allende. Otros, el 5 de octubre de 1988, cuando ganó el No. El 70, porque los pobres llegaban al poder; el 88, porque se desalojaba a los militares de La Moneda y se los mandaba de vuelta sus cuarteles. Alguien dijo que esto, lo del domingo, no era para tanto. Pero "esto" era tanto para tantas. ¿Cómo explicarles la importancia de esta elección? No es fácil hacer ver a los de arriba lo que se siente aquí abajo.
Y fue tan hermoso ver a Michelle Bachelet escoltada por su madre y sus hijas de pie ante la fiesta mientras miles de manitos se alzaban hacia el estrado. Manos rojas y ásperas, manos delicadas y suaves, manos con las uñas mordidas, manos arrugadas, pero todas manos de mujeres, iguales a las de allí arriba. Por primera vez estaban en el centro del protagonismo. Y como ellos lo saben bien, es mucho mejor que estar desplazado a los márgenes de las decisiones.
Y la inquietud volvía a aguijonearlos el día después, cuando las mujeres se abrazaban unas a otras en las esquinas, los supermercados, las cafeterías, las oficinas, y se felicitaban diciendo "¡al fin lo conseguimos!", "¡ganamos, ganamos!", y que no parecía referirse sólo al triunfo de la Concertación, sino algo propio, exclusivo, como si sólo hubieran ganado ellas. ¿Qué es lo que ganaron? Pues un símbolo. Y no se pueden tomar a la ligera los símbolos.
Puede que las cosas no cambien de un día para otro. Y ellas seguirán contando menos billetes al abrir el sobre del salario, continuarán enredadas y solitarias en lo doméstico, muchas seguirán con temor ante un hombre irascible y violento; pero, a pesar de todo, sabrán que es posible lo que hace unos años era inimaginable, como lo recordó la propia Bachelet en su discurso en la Alameda: "Quién lo hubiera pensado, amigas, amigos. ¿Quién hubiera pensado, hace veinte, diez o cinco años, que Chile elegiría como Presidente a una mujer?".
Ella misma, la Presidenta electa, era al día siguiente distinta a esa mujer contenida que todos criticaron durante la campaña. Ahora sí que parece que la que va a gobernar es ella. Cuando recibe los honores que le corresponden al cargo de máximo Mandatario, cuando dice que "se tomará toda la libertad" para decidir quiénes estarán en su gabinete de ministros, cuando ya no permite que la pauteen desde atrás los equipos de asesores. Y, probablemente, serían hoy imposibles situaciones como la del debate, donde Bitar se sintió autorizado a intervenir, sin que ella se lo pidiera, en su duelo televisado con el contrincante Piñera.
La explosión de alegría que se tomó la calle el 15 de enero será difícil de olvidar. Fue uno de esos momentos donde los chilenos salieron de sus cápsulas para abrazarse con desconocidos, para sentir durante unos instantes que, efectivamente, somos una sociedad que puede darle sorpresas al mundo y puede sorprenderse a sí misma. Y las más contentas eran ellas porque ganaron el doble.